Otra víctima en marcha denuncia haber sido desnudada en comisaría

Fui llevada por un Policía con rango de oficial a un baño en muy mal estado “me hizo saltar, hacer tipo ranas en el piso para revisar mis partes íntimas”.

Más denuncias se suman en contra de algunos efectivos de la Policía salen a la luz, tras las manifestaciones sociales contra Manuel Merino. Esta vez, una joven señaló que fue desnudada y sufrió otras humillaciones en la Comisaría de Alfonso Ugarte, en el Centro de Lima.

Adriana Espíritu Enríquez acudió a la movilización del 10 de noviembre en compañía de su hermana de 14 años y su madre. Tras protestar pacíficamente, varios efectivos de la PNP las habrían interceptado, agredido y llevado a la mencionada comisaría junto a su hermana sin darles ninguna explicación del supuesto delito que justificaba la detención.

Cuando revisaron su mochila, no encontraron ningún elemento incriminador. Solo traía un peluche que utilizaba en las fiestas en las que se desempeñaba como animadora infantil y cosméticos.

“El simple hecho de estar en la marcha ya era violento, según ellos. Ni siquiera los policías saben cuáles son los derechos del ciudadano, solamente atinaban a insultarnos y a golpearnos. A mi hermana le dijeron que era una estúpida por estar en las marchas, que no iba a lograr nada en la vida”, contó en entrevista con Cuarto Poder.

Según Espíritu, dentro de la dependencia, un policía sin mascarilla se paró frente a ellas y, como una forma de amenaza, les dijo que había sido diagnosticado con la COVID-19.

Sostiene que luego fue llevada a un baño en muy mal estado. En ese espacio una policía con rango de oficial la obligó a desnudarse y también le exigió realizar ejercicios físicos en el suelo sucio. Todo ocurrió sin la presencia de un fiscal.

“Me hizo saltar, hacer tipo ranas en el piso para revisar mis partes íntimas. Esta humillación he tenido que pasar yo, que hasta ahora me duele”, relató con la voz entrecortada.

Tras ello, las hermanas fueron derivadas al Instituto de Medicina Legal para pasar por el examen del médico legista y luego retornaron al establecimiento policial, donde las mantuvieron en un calabozo.

“Desde las 4.00 a. m. yo permanecí totalmente sola en este calabozo oscuro, sin luz, que estaba con excremento, orines y había ratas dentro”, añadió.

La joven contó que se trepó a las rejas porque tenía miedo de los roedores. En medio de sus gritos, aseguró que escuchó gritar a su madre, quien la sintió pedir ayuda.

“Y ahí es cuando escucho la voz de mi mamá. Desesperada dijo: ‘¿Dónde está? ¿Dónde tienen a mi hija?’. Mi mamá me cuenta que dentro de la comisaría le dijeron que se siente y nadie le hacía caso”, agregó.

Espíritu afirmó que la fiscal de turno recién se comunicó por medio de una videollamada a las 9.30 a. m. del jueves 12 de noviembre para leerles sus derechos.

Luego, su hermana adolescente fue liberada a las 7.00 p. m. y ella recién a las 2.00 a. m. del día siguiente. Fue puesta en libertad; no obstante, sigue denunciada por resistencia a la autoridad y no le hicieron firmar ningún documento.

Asimismo, la progenitora de las jóvenes señaló que los policías la habrían amedrentado para que no denuncien los presuntos abusos sufridos en la comisaría.

Este caso recordó la denuncia hecha por la trabajadora de una imprenta, quien aseguró que, tras ser detenida por imprimir afiches para los manifestantes, fue desnudada y maltratada.

Diario Perú

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