Es falso que en 20 regiones se de tratamiento oportuno del cáncer como dijo Boluarte
Mensaje: “A la fecha, 20 regiones del país cuentan con, al menos, un servicio oncológico implementado y operativo para el diagnóstico y tratamiento oportuno del cáncer”.
LR. Como parte de su mensaje a la nación, en el eje correspondiente a salud, Dina Boluarte afirmó que: “A la fecha, 20 regiones del país cuentan con, al menos, un servicio oncológico implementado y operativo para el diagnóstico y tratamiento oportuno del cáncer”.
Si bien, es probable que la afirmación sobre el número de regiones con un servicio contra el cáncer sea correcto (la última publicación sobre el tema es del 2021 y allí se reportan 17 regiones), es incorrecto afirmar que estos permitan el diagnóstico y tratamiento oportuno (es decir, a tiempo).
En conversación con Verificador, el médico oncólogo Juan Carlos Samamé explicó que son cuatro equipos fundamentales de imágenes para el diagnóstico de cáncer: ecógrafo, tomógrafo, resonador magnético y PET. Un informe de LR Data calculó, según propia información del ministerio de Salud, que solo existe un resonador activo por cada 10.000 pacientes con cáncer en Perú. De un total de siete que existían en agosto de 2022, Lima tenía tres. Los otros cuatro se repartían en San Martín, Lambayeque, Tumbes y Huancavelica.
Este equipo es importante para el diagnóstico de cáncer porque, como declaró a La República el médico José Rodriguez Lira, director ejecutivo del Departamento de Radiodiagnóstico del INEN, permite definir con claridad las “áreas afectadas (por el cáncer) y su alteración funcional”. Además, ayuda a saber qué tipo de cirugía necesitará la persona.
Asimismo, según información proporcionada a La República, a agosto de 2022, solo existían 57 tomógrafos operativos en hospitales públicos del sector, de los cuales, más de la mitad están en Lima.
Este cuello de botella (muchos pacientes/pocos equipos) hace que la demora para el diagnóstico de pacientes tome, según reportes de la asociación Lazo Rosa (mencionados en entrevista con La República), en promedio, entre 5 y 6 meses. En ese tiempo, la enfermedad se ha desarrollado.
Según la encuesta El Cáncer no Espera, realizada a 400 pacientes oncológicos, el 41% de los entrevistados afirmó haber esperado 6 meses o más para que le diagnosticaran cáncer.
El médico Juan Carlos Samamé reconoce que hay una demora en el diagnóstico de esta enfermedad. Aunque señala que lo común es demorarse entre uno a tres meses. Pero también, que es verdad que varios casos se extienden hasta cinco o seis.
Samamé hizo la precisión de que si bien es verdad que existen demoras en el sistema público de salud para diagnosticar pacientes con algún síntoma visible, muchos centros de atención se enfocan en el tamizaje, controles preventivos para población que parece estar sana (mamografías, despistaje de VPH, etc). Según el doctor, esta estrategia de prevención y diagnóstico funciona mejor.
Por otro lado, este cuello de botella y centralismo también se manifiesta en el tratamiento del cáncer. El especialista aseguró que al menos el 70% de los pacientes oncológicos va a necesitar someterse a radioterapia.
Sin embargo, según el Plan Nacional de Cuidados Integrales del Cáncer (2020-2024), hasta julio de 2019, a nivel público solo se contaba con 16 equipos para realizar este tratamiento (12 aceleradores lineales y cuatro bombas de cobalto 60). De ellos, nueve estaban en Lima. A 2021, en 19 regiones del país no había equipos para radioterapia, según un informe de Salud con Lupa.
Por último, también existe una concentración en Lima de los especialistas que tratan y diagnostican esta enfermedad. Según el censo de recursos humanos y equipamiento realizado por el CDC-MINSA (pág 32 y 33), a 2017, Lima acumula el 65% de expertos. Otras regiones como Tacna, San Martín y Pasco no contaban con personal especializado.
En resumen, aunque es probable que sí existan 20 regiones con al menos un servicio oncológico, en estas ni el diagnóstico ni el tratamiento es oportuno. La razón principal es la centralización de equipos y personal en Lima así como su escaso número en comparación a los pacientes. Calificamos como engañoso.