Siembra y cosecha de agua: la propuesta desconocida del debate

La técnica ancestral que fue recibida con asombro y desconocimiento en redes sociales y medios periodísticos.

Lo cierto es que esta práctica ancestral, que permite optimizar principalmente el uso del agua de lluvia para aprovechar su uso en épocas de escasez, integra la agenda de políticas públicas del Estado y es una técnica reconocida internacionalmente.

La siembra y cosecha de agua es una de las estrategias que permite al Perú enfrentar el impacto del cambio climático y la escasa disponibilidad de agua para la agricultura y el consumo humano. Conoce más en esta nota.

1. ¿Qué es la siembra y cosecha de agua?
La siembra y cosecha de agua hace referencia a las intervenciones intencionales para retener, infiltrar, almacenar y regular aguas provenientes de la lluvia, para su aprovechamiento en determinado lugar y tiempo.

En la práctica, consiste en el almacenamiento del recurso hídrico mediante la construcción de diques de piedra con núcleos de arcilla en las cabeceras de cuencas, donde nacen los ríos.

Esta estrategia contempla varias técnicas que fueron comprendidas por culturas como Chavín, Nasca, Mochica, Chimú, entre otras que lograron la mayor eficiencia en obras de ingeniería hidráulica.

Estas técnicas fueron perfeccionadas y expandidas por los incas en gran parte de sus territorios, con lo cual garantizaron la provisión de este líquido vital y de alimentos a toda su población.

Entre las diversas formas que existen para sembrar agua se encuentran las zanjas de infiltración, la aplicación de zeolitas y la rehabilitación de terrazas en formación lenta.

Estas técnicas son recogidas y explicadas por el ingeniero Jaime Llosa Larrabure en su libro que pronto verá la luz. Servindi publicó dos adelantos sobre esta publicación:

La siembra y cosecha de agua: reservorios rústicos, ccochas y amunas
La siembra y cosecha de agua: zeolitas, zanjas y terrazas

2. ¿Por qué es importante?
La práctica de la siembra y cosecha de agua es importante porque permite un mejoramiento de la disponibilidad, acceso y uso del recurso hídrico para la agricultura familiar en microcuencas andinas.

Ello ha llevado a que esta estrategia se rescate, revalore y aplique como una técnica de adaptación frente al cambio climático, al estar en medio de un proceso de degradación ambiental.

En 2015, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) identificó la necesidad de encaminar un Programa Nacional de Siembra y Cosecha de Agua, y plasmó ello en una publicación.

El Midragi considera que, con esta práctica, “se puede enfrentar el cambio climático, que afecta a los glaciares en los Andes”.

Y que pone en peligro “las fuentes de agua de las que se abastece la agricultura, las industrias diversas y el consumo humano en general”.

Recientemente, la experiencia peruana sobre siembra y cosecha de agua fue reconocida como una de las mejores en un evento organizado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).

Lo anecdótico de las reacciones que surgieron al escuchar la promoción de la “siembra y cosecha de agua” durante el debate presidencial, podría ser una buena excusa para compartir más de este conocimiento.

Sobre todo, cuando la crisis del agua en Perú ya ha sido alertada y se prevé que el estrés hídrico en Lima llegue a un punto crítico antes del 2025, como apunta CooperAcción. Fuente: SERVINDI

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Diario Perú

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